La importancia de abordar el dolor pélvico crónico con especialistas
- FemeCare Consultorio Ginecológico Integral
- 25 sept
- 2 Min. de lectura
El dolor pélvico crónico es una condición que afecta de manera significativa la calidad de vida de millones de mujeres en el mundo. Se define como un dolor localizado en la pelvis que dura seis meses o más, y no solo impacta la salud física, sino también la vida emocional, sexual, laboral y social de quienes lo padecen.
Se estima que una de cada cinco mujeres sufrirá dolor pélvico crónico en algún momento de su vida, y en muchas ocasiones pasan años sin un diagnóstico claro, lo que retrasa el tratamiento adecuado.
Causas frecuentes del dolor pélvico crónico
El dolor pélvico puede tener múltiples orígenes, por eso requiere un enfoque especializado y multidisciplinario. Entre las causas más comunes se encuentran:
Endometriosis: presente en hasta un 30-50% de las mujeres con dolor pélvico crónico. Esta enfermedad ocurre cuando tejido similar al endometrio crece fuera del útero, generando inflamación, adherencias y dolor intenso.
Síndrome de congestión pélvica: dilataciones de las venas en la pelvis que pueden provocar dolor persistente.
Adherencias pélvicas: cicatrices internas producto de cirugías previas o infecciones.
Patología gastrointestinal o urinaria: como síndrome de intestino irritable, cistitis intersticial o infecciones urinarias recurrentes.
Factores musculoesqueléticos y neurológicos, que también pueden contribuir al dolor.
¿Por qué es clave consultar con un especialista?
El dolor pélvico crónico no debe normalizarse ni minimizarse. Muchas mujeres escuchan frases como “es parte de ser mujer” o “el dolor menstrual es normal”, lo que retrasa la búsqueda de ayuda. Sin embargo, contar con un especialista en ginecología de mínima invasión o en unidades dedicadas al dolor pélvico permite:
Realizar un diagnóstico preciso, apoyado en estudios avanzados como la ecografía de mapeo de endometriosis o la resonancia magnética.
Diseñar un plan de tratamiento integral, que puede incluir manejo médico, fisioterapia del suelo pélvico, apoyo psicológico y, cuando es necesario, cirugía de mínima invasión.
Mejorar la calidad de vida, reduciendo el dolor y permitiendo a las pacientes retomar sus actividades cotidianas.
Conclusión
El dolor pélvico crónico no es un síntoma menor: es un problema de salud que merece ser escuchado, investigado y tratado por especialistas. Buscar ayuda temprana no solo facilita el diagnóstico de enfermedades como la endometriosis, sino que también abre la puerta a tratamientos más efectivos y a una vida con menos dolor.









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